La guerra por las palabras puede ser agotadora. Tienes sueño, pero debes escribir. Miras fijamente la pantalla del computador. Secretamente esperas que el vocablo exacto emerja de ese cuadrado de luces. “¿Por qué debo cambiar esa palabra?”, piensas. “Es la que quiero poner. Esa y no otra”. Sabes que tienes que entregar la nota en una hora. Necesitas escribir. “Basta de perder el tiempo”, te ordenas. “Escribir. Escribir… ¿Y esto qué es?” Abres el correo y tienes que contestar una encuesta. “¿Por qué ahora todos hacen encuestas?” Te conectas al vínculo y se despliega el documento:
Por favor, dedique unos minutos a completar esta encuesta, la información que nos proporcione será utilizada para evaluar el nivel de satisfacción general de los empleados con la empresa. Esta encuesta dura aproximadamente 10 minutos
“Diez minutos. No más. Tengo que escribir”, repites como un rezo que te ayude a regresar a la nota inconclusa. Ahora deberás entregarla en cincuenta minutos. “Confidencial y anónima”. Los adjetivos activan tus mecanismos de protección. “No seas paranoica, María Sol Borja”, te adviertes. “No tienen cómo saber que eres tú”.
1. ¿Cuánto tiempo hace que trabaja en la empresa?
* Menos de un año
* De uno a tres años * De cuatro a seis años * De siete a nueve años * Más de diez años
“Un mes. Solo llevo un mes en este canal. Todo es nuevo y no me lo imaginaba así. Tanta gente, tanta supervisión”. Nuevamente recuerdas esa palabra que debes cambiar. Si no la quitas, tu nota no saldrá al aire. “Desde que entré, entre susurros, me han señalado a los que han tenido un llamado de atención, en el mejor de los casos, por publicar un reportaje que no gustó a algún funcionario. No me agrada, pero lo entiendo. Nos callamos porque detrás de esas molestias gubernamentales, suele desaparecer la publicidad de un ministerio o de dos o, incluso, de todas las entidades públicas”. En la encuesta, marcas De uno a tres años. “Es mejor precaver”.
Imagen tomada de www.hoy.com.ec
2. ¿Qué tiempo ha realizado, en esta empresa o en otra, la función que ahora desempeña?
* Menos de un año
* De uno a tres años
* De cuatro a seis años
* De siete a nueve años
* Más de diez años
Frente a ti desfilan tu carrera de relaciones públicas; la reportería en Teleamazonas, Oromar, Ecuavisa. “De siete a nueve años, definitivamente. Pero no siempre con los mejores jefes”, sonríes y rememoras las malas decisiones por falta de claridad. “Los canales grandes no podrán sobrevivir si no se reinventan”.
3. ¿Qué tan accesibles son las oportunidades para ser creativo e innovador?
* Extremadamente accesibles
* Muy accesibles
* Un poco accesibles
* Ligeramente accesibles
* Nada accesibles
“Nada accesibles”, piensas. Nuevamente acude a ti esa palabra que te espera en el texto de la nota inconclusa. “Podría ser una oportunidad. Ahora todo es políticamente correcto, tieso, desabrido. El periodismo no puede ser como sopa de enfermos. Provocar requiere de mucha creatividad, pero ya no hay provocadores. Pocos quieren el cartelito de disidente. Pero disentir no es ser enemigo, discrepar no es ser traidor. No todos los que alzamos la voz somos golpistas”. Das un clic en Muy accesibles.
4. En los últimos cinco años, ¿qué tan viable se ha vuelto su profesión?
* Más viable
* Menos viable
* No hay cambios
“Algunos están paranoicos. Inventan ataques que no existen. Alborotan el avispero, pero no pasa nada. Defienden su metro cuadrado de poder”. Repasas la lista de los periodistas opositores “Bah, ¡puro show! En el fondo, hay comunicadores que dan la vida por aparecer en una sabatina. Los periodistas hemos contribuido a la falta de alternativas para ejercer un periodismo libre, crítico, inquisitivo, irreverente”. Te sorprendes con la vehemencia de ese pensamiento. Sonríes. No hay cambios es la alternativa que escoges.
Imagen tomada de mariasolborja.blogspot.com
5. ¿Qué término define mejor lo que ha aprendido en su nueva empresa?
* Obedecer
* Dirigir
* Crear
* Sobrevivir
* Exigir
“El rigor, la exigencia. Tengo que cuidar cada cosa que digo. Investigar, constatar. No quiero equivocarme, si puedo evitarlo”. La maldita palabra te guiña el ojo desde el texto incompleto que te espera. Tienes que cambiarla. “¿Cuántas preguntas faltan?”, piensas, mientras eliges Exigir.
6. De las siguientes, ¿qué palabra le define mejor?
* Música
* Política
* Deporte
* Naturaleza
* Historia
“Ninguna. ¿No van a dejar de molestarme con las palabras? Aunque sí, sí hay términos que no me gustan. Miedo, por ejemplo. No me define, pero me molesta. Si logran amedrentarte, te domestican. Cuando hay miedo, viene el silencio cómplice. Domesticar es otra palabra que detesto.” Das otro clic en Política.
7. ¿Qué tan alentador es su gerente o supervisor en cuanto a su trabajo?
* Extremadamente alentador
* Muy alentador
* Un poco alentador
* Ligeramente alentador
* Nada alentador
Extremadamente alentador. “¿Detectarán la ironía?” Sonríes y cambias a Muy alentador. Igual no deja de resonar en tus oídos aquella advertencia. “Me dijo que cambiara la desgraciada palabreja porque ella es la jefa. Esos son complejos.” Suspiras resignada. “Finalmente, hay cuentas que pagar y una palabra es una palabra.” Sabes que es más, pero no quieres entrar en esa pelea.
8. ¿Cómo es la política de promoción en tu área?
* Extremadamente justa
* Muy justa
* Un poco justa
* Ligeramente justa
* Nada justa
“Ni idea. Espero que Muy justa.” Mientras eliges la respuesta, recuerdas los rostros que aparecen en el horario estelar en la televisión nacional. “No todos son serios. Algunos son anclas sin ser periodistas. Reinas de belleza que sobreviven mientras funcione el teleprompter. Me gustaría crecer para tener más impacto. Tengo cosas que decir y quiero que me vean, que me escuchen.” Ese pensamiento tiene su carga de ego. “Soy periodista”, te justificas. “El ego inflado debería clasificar como enfermedad profesional de nuestro gremio.” Ríes y miras el reloj. “¡Chuta! ¡Me quedan cuarenta y cinco minutos!”
9. ¿Cómo se imagina en diez años?
* Mucho mejor
* Mejor
* Igual
* Peor
* Mucho peor
“¿Qué clase de pregunta es esa? Ni siquiera sé dónde estaré en un año. Quizá algo pequeño, mío, que pueda financiarse. Claro que Mejor.”
10.Si pudiera, ¿qué cambiaría de la empresa?
* Los jefes
* El modo de producir
* La política salarial
* Mis colegas
* Nada
“Todo lo que ayude al silencio: Los jefes, El modo de producir… Deben irse los que callan. El periodismo pierde por completo su valor y su fundamento en el momento exacto en el que deja de cuestionar a todos los poderes. En esta profesión no hay que ser tan… blandengue.” Tienes en mente otra palabra, pero sabes que no es políticamente correcta. “Ya debo terminar esto y cambiar, en la nota, la famosa palabra de la discordia. ¡Treinta y ocho minutos! ¿Qué pondría mi jefa si redactara esa noticia? Tengo sueño y quiero acabar ya. Pero también quiero dejar la palabra que puse al principio. ¡Esa es la precisa! Ya se me ocurrirá algo… ¿Qué cambiaría de esta empresa?” Repites la pregunta de la encuesta en tu mente. La flecha del cursor se detiene y das un clic final: Nada.
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Hay lugares que ya no existen, países que perdieron sus nombres, modos de hacer que tienden a desaparecer. En tanto llega el punto final, hoy es siempre... todavía. Alguien dará testimonio de ello: Nivaldo Machín de la Noval
domingo, 6 de abril de 2014
María Sol Borja: una guerrera contra el miedo
por Nivaldo Machín de la Noval
Etiquetas:
censura,
entrevista,
María Sol Borja,
periodismo,
UDLA
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